viernes, 30 de enero de 2009

Se puede vivir sin Van Morrison?

Quizá esta sea la confesión de un amargao, pero es muy complicado vivir sin VM.
Efectivamente a mí me parece muy complicado vivir sin sentir su música. Llevo unos meses trabajando más que Obama para llegar a la Casa Blanca, que con su color de piel le tiene que haber costado de lo lindo. Entre mi curro normal, las 3 horas de coche y el rollo este de las web en que me he metido tengo ocupadas unas 15 horas al día. Dos más para atender a mi niño y ducharme ya me dejan solo las 8 que necesito para dormir.
Con todo este ajetreo y el irlandés callado como un puta, en mi vida Van Morrison ha desaparecido ligeramente. Y lo digo cuando precisamente me dedico 20 minutillos a este blog escuchando "No Guru, No method, No teacher" que ya tenía ganas.
Que el irlandés esté callado me parece hasta bien, porque para lo que venía haciendo últimamente casi que es mejor. Además tiene un niño pequeño y un cuñado recién fallecido, según dicen.
El mutismo del irlandés no quiere decir vivir sin él, que tenemos muchos CD's de su firma y montón de conciertos donde nos desgarra y pone los pelos de punta.
Vivir sin Van Morrison para mí es aún más, es tener que dejar nada de tiempo para compartir con mis amigos catalinos, madrileños, villeneros y valencianos esas emociones tan fuertes que hemos sentido juntos. Y esas risas que nos hemos echado juntos. Que la cosa está muy chunga en la calle, porque entre todos nos lo están poniendo muy difícil. Pero yo hay una cosa a la que no quiero renunciar y es a la amistad y al amor a mis semejantes, que eso lo llevo muy dentro.
Circunstancialmente estoy OFF, como el irlandés, pero espero que esto dure poco porque escuchando el CD del ordenata ahora mismo los pelos se me vuelven a erizar con una ciudad llamada paraíso, que es como la siento con mis amigos vanáticos. La ciudad paraíso está en Caledonia, eso lo sabemos muchos. Pero mientras no podamos viajar allí tenemos que ir construyendo una parecida cerca de nosotros. Y muchos de mis amigos sé que pertenecen a esa ciudad que ahora añoro.
En fin dicen que todo lo malo se acaba. Vivir sin Van y todo lo que significa no es el final, yo lo puedo asegurar. Pero tengo que procurar que en poco tiempo las cosas no me agobien tanto y regresar al lugar al que pertenezco.

1 comentario:

Jose Luis dijo...

A pesar de que por ti no parece pasar la temida crisis, no te olvides de seguir dedicándoles los veinte minutillos al blog.
Un saludo.
De un venático sevillano, sevillista, blusero y acojonao con la crisis.